martes, 7 de enero de 2014

Te quiero.

Ella se sentía perdida; perdida entre sus palabras, entre sus horas hablando por la tarde, anochecer, noche y madrugada por teléfono. Ella cuando eso simplemente bajaba todas las persianas de su habitación, y a oscuras cerraba los ojos y se imaginaba que estaba a su lado, que hacían todo aquello de lo que hablaban. Pero seguía sintiéndose perdida pues no había conocido jamás a una persona así, un día decidió borrarla de su vida, despues de haberlo hecho, regresó, pero ella resistió, después de las largas conversaciones aceptó, aunque le dolía pensar que podria equivocarse una vez más y cometiendo el mismo error, necesitaba solucionarlo. Y hoy, bueno, hoy, todo vuelve a estar como antes. Y ayer también lo parecería, pero antes de ayer era totalmente lo contrario. Ella se había pegado casi dos horas con los ojos cerrados alejada del mundo escuchando y deteniéndose segundo a segundo en escuchar su voz, en imaginarse lo que sería saborearlo entero. Sí, llevaba un tiempo enamorada. Lo había pasado mal, le habían hecho mucho daño, pero ella jamás podía parar de quererle. Y bueno, tumbada en la cama me hallo, esperando a que salga de clases, leyendo una y otra vez sus últimas palabras, pensando en sus besos. Y claro, cuando hablamos de salir todavía me vuelvo más loca. Dios, que cuando escucho cuando me dices te quiero por teléfono me encantas. Es la segunda oportunidad, una vez más, una sola, una sola para ser mejor :)
              

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