sábado, 27 de julio de 2013

Paris, la ciudad del amor.

¿Cómo quieres que diga que aveces leo nuestras conversaciones sin parecer una niña tonta? ¿Cómo decir sin parecer tonta que tengo miedo a todo, que empiezo a tener miedo al miedo, a la confianza, a las promsesas...? ¿Cómo quieres que te diga que por un segundo se me paso por la cabeza tú y yo, juntos? ¿Cómo puedo decir que soy la imbécil que siempre se enamora? y que esta vez no quiero, no quiero ser la que lo pasa mal, todas mis historias han acabado mal. ¿Por qué no lo iba a ser ahora también? Callada, Mariela, siempre callada, esa va ser mi postura a partir de ahora.
Paris, la ciudad del amor, donde todo puede ser posible, la ciudad de la magia, me gustaria susurrarle a Micky que me mandé a Perú a uno de esos príncipes azules de los que abundan en Disneyland, pero luego caí en la cuenta de que todo eran disfraces y no fui capaz la verdad, esa ciudad es hermosa y cada vez que me hablan de ella me vuelvo loca.

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